jueves, 21 de enero de 2010

El estres



El estres es el causante de muchos problemas en las personas, por lo mismo es bueno identificar los motivos que te provocan esa ansiedad que no te deja tranquila y buscarles solución inmediata. Yo he comenzado este año haciendo una lista de mis preocupaciones y hay cosas que puedo cambiar. Otras, es imposible cambiarlas pero debemos aprender a vivir con ellas.

Podemos hacer una lista enorme de las cosas que provocan estres en nosotros. Personalmente, a mi me produce estres el tiempo. Muchas veces tengo la habilidad de "perder el tiempo" en cosas que no me producen ningún beneficio. Me he propuesto en mi corazón con la ayuda de Dios de usar bien mi tiempo y aprender a decir "no" a aquellas cosas que me causan inquietud. Haz tu propia lista, con sinceridad y te darás cuenta los muchos detalles que te producen estres, pero el tiempo es uno de ellos. Luego, dales tu misma la solución.

Colosenses 4

2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
3 orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso,
4 para que lo manifieste como debo hablar.
5 Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.


REDIMIR EL TIEMPO: Trabajando, orando, salvando. Hermanos, Jesucristo no nos ganó a nosotros perdiendo el tiempo. El trabajó durante su Ministerio aqui en la tierra, el lloró, oró, buscó, sanó, salvó. Estoy segura que Jesucristo en el descanso seguía pidiendo y orando. Ahora los cristianos se toman vacaciones y ni siquiera leen la Biblia, así como Iglesias se cierran por vacaciones. Cuando estamos en comunión con Cristo, debemos aprender sabiamente a manejar nuestro tiempo. Que Dios me ayude y que los ayude a ustedes a aceptar este reto.

Si te sientes mal porque no oras, podrías dejar un tiempo de adoración. Si te cansas cuando caminas, te sientas por cinco minutos y haces una oración. Hay situaciones que se pueden remediar así como hay otras que sólo debemos orar para fortalecernos cómo cuando Jesús oró en el Huerto. Pidamos a Dios que nos ayude a usar bien nuestro tiempo.

Dios te bendiga.

jueves, 14 de enero de 2010

MIS AMIGAS





Todos en la vida tenemos recuerdos. Hoy quiero enfocarme en los buenos momentos que pasé con mis amigas.

Cada una de ellas dejó sembrado en mí algo especial. Aprendí la paciencia y todavía trato de no ser una carga pesada para ellas. Las recuerdo con tristeza cuando me siento sola y añoro esos momentos en que pasamos juntas, pero me sonrío cuando vienen a mi memoria los chistes y las risas que disfrutamos. Tener amigas es una bendición pero también cuesta trabajo conservarlas. A veces podemos herir a una amiga sin darnos cuenta y la podemos alejar de nosotras.

Las amigas te llaman cuando menos lo piensas y te dan una palabra de ánimo cuando más lo necesitas.
Las amigas te abrazan cuando lloras y lloran junto contigo.
Las amigas te escuchan en silencio.
LAs amigas celebran tus triunfos y sufren tus derrotas.
Las amigas se retractan y piden disculpas cuando te han ofendido.

Hay "amigas" que te dan la mano y por detrás hablan mal de ti.
Hay "amigas" que te insultan y luego se sienten ellas ofendidas.
Hay "amigas" que te abrazan cuando de verdad te golpearían.

Podría seguir con las listas pero sólo quiero preguntarte:

¿Qué clase de amiga eres tú?

Proverbios 18:24
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.

sábado, 4 de julio de 2009

EL PERDON

Perdonar es una orden divina, no un sentimiento. Como humanos que somos nunca sentiremos perdonar, pero podemos decidir perdonar por amor a Cristo. Eso no significa que vamos a olvidar lo que nos han hecho, pero cuando perdonamos de corazón, esos recuerdos no causarán dolor porque Dios da la paz y la sanidad que sobrepasa todo entendimiento.

Perdonar es un acto de obediencia a Dios, es confiar ciegamente en que Jesucristo y Su sangre bendita nos curará las heridas y nos dará el refrigerio necesario para superar toda tristeza que nos hayan causado.

La primera persona que debes perdonar es a ti misma, por lo que hayas hecho. A veces las mujeres somos perfeccionistas y hasta un poco masoquistas. Debemos recordar el sacrificio de Jesús en la cruz y tomar ese regalo de Salvación que Dios nos ha dado. Cuando Adan y Eva pecaron contra Dios, ellos se escondieron y temieron, pero Dios les buscó y les preguntó lo que hicieron.

Eso hace Dios todo el tiempo, nos busca y nos llama, para limpiarnos y perdonarnos de nuestras faltas y debemos hacer lo mismo con nuestro prójimo. Vamos a mirar de cerca lo que puede causar la falta de perdón:

Nos separa de Dios y de la comunión con nuestro Padre, porque cuando el corazón está resentido, es difícil charlar con Dios. Se hace pesado orar por otros, no podemos andar en libertad porque esa vocecita interior, la voz del Espíritu Santo nos redarguye y nos dice una y otra vez que debemos perdonar. Es imposible para nuestra humana naturaleza perdonar, pero como estamos en Dios y Dios en nosotros, nada es imposible.

“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele” (Mateo 18:15).

Si está en tus manos, busca a la persona que ha pecado contra ti y le dices como te sientes. No es algo que Dios no quiera que hagas, la misma Palabra nos lo enseña, que debemos reprender a quienes nos causan daño pero con misericordia y amor . Tus intenciones deben ser genuinas y siempre deseando agradar a Dios por sobre todas las cosas. Si esa persona está lejos o no tienes posibilidad de verla, igual le perdonas y al mismo tiempo pides perdón a Dios por haber llevado esa carga en tu vida. Dios desea que caminemos libres y sin resentimientos que nos aparten de la comunión con El.

Hay mujeres que han sufrido terribles ofensas que sin Dios es imposible que se puedan perdonar y bien sabemos que el abuso sicológico, físico y verbal es pan de cada día en todos los niveles sociales. Pero, con Dios debemos tomar esas decisiones que nos ayudarán a vivir el resto de nuestros días en paz. Mia es la venganza dice el Señor y nosotros nos toca obedecer y perdonar. Nada va a hacer que el pasado sea cambiado, entonces hay que enfocarse en Cristo en el presente y en el futuro glorioso que tenemos con El. Dios entiende y comprende todas las cosas, porque El sufrió lo indecible en la cruz por nosotras. El llora cuando nosotras lloramos, el comprende el dolor, pero es tanto el amor de Dios que también ama a quien nos ha causado mal.


Mateo5: 43-45 Han oído que fue dicho: «Amarás a tu prójimo, y odiarás a tu enemigo». Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que les persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en los cielos. Porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.

Incomprensible para esta mente terrenal comprender la magnitud del amor de Dios, pero no podemos cambiar Su naturaleza santa . Dios vive para amar, pero también corrige y protege a sus hijos porque para El somos importantes, como la niña de sus ojos. Ponte una basura en tus ojos y comprenderás que inmediatamente deseas limpiarla y Dios desea limpiarnos con sus preciosas lágrimas, porque somos sus niñas, sus princesas, sus hijas.

Decide perdonar, por amor a ti misma, por amor y obediencia a Dios, porque no hay herida o dolor que Dios no pueda sanar. Porque Dios se deleita en sanarnos, se goza en limpiarnos, y deja que El decida que hace con la persona que te dañó. Te aseguro que en Sus manos todo será más fácil para ti. Al mismo tiempo, si necesitas que alguien te perdone por un daño voluntario o no que tu hayas causado, pide a Dios la fuerza para pedir perdón de corazón. Ponte a cuenta con Dios, porque no sabemos el día ni la hora en que dejaremos este cuerpo terrenal.

Muchas bendiciones

LA SANTIDAD



Descubre la simpleza y la profundidad del amor de Dios a través de nuestro amado Jesucristo. Dios te dará sanidad interior cuando estés dispuesta a darle una oportunidad a Dios y al Espíritu Santo de que llegue a los rincones más oscuros de tu alma. Deja que Jesús te restaure, sane y te ayude a caminar en santidad y en amor.

Mateo 5:8

“Bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios”.

Si no te sientes digna de Jesucristo, sea por los motivos que sean, pero deseas tener un cambio en tu vida, tengo buenas noticias para tí.

Jesucristo te ama tanto, que el mira la intención de tu corazón y desea transformar tu vida por completo. Por eso es importante el reconocimiento personal y un cambio de actitud. El Espíritu Santo logra con tu permiso llegar a esos rincones escondidos de tu ser, en dónde han hecho raíz las desilusiones, las violaciones, las palabras abusivas, los golpes físicos y tantas cosas que te han pasado. Dios quiere que le dejes entrar a lo profundo de tu alma porque desea sanarte por completo.

Quiere sacarte el odio, la rabia, la impotencia, los celos, la envidia, etc. Acepta este amor de Dios y este reto, para tu propio beneficio. Tu puedes llevar una vida en paz en medio de las tormentas, y en la medida que vas renunciando a todas esas raíces de amargura, te irás sintiendo renovada. No se logra en un día y a veces no es fácil, pero no es imposible, porque tienes la ayuda del Espíritu Santo quien será tu guía. Es doloroso a veces recordar cosas que nos dañaron, pero, Dios quiere que se las contemos y en la medida que esas palabras torpes y avergonzadas vayan saliendo por nuestros labios, Dios empezará a reemplazar lo antiguo con un bálsamo celestial nuevo.

Empezará a adornarte con perlas santas y tus labios se abrirán agradecidos en alabanzas para nuestro Dios. La perfección no la alcanzaremos completamente en esta vida pero podemos alcanzar cierto grado de pureza por eso es importante desear la santidad, buscarla y practicarla.

Muchas veces la gente desea cambiar sin ayuda, pero es imposible, podrán lograrlo unos días, a lo más unos meses, pero siempre recaerán una y otra vez. La única forma es nacer de nuevo, llevando todas nuestras cargas a los pies de Cristo y dejarlas allí y recibir de Dios. Hay muchos ejemplos que podría darte, pero es mejor que tu misma vayas descubriendo esa relación con nuestro amado. Dale la oportunidad de ser tu amigo, consejero y sanador.¿Recuerdas a María Magdalena? Te recomiendo leer Lucas 7:36-50. Pero pongo énfasis en el versículo 38:

“Y estando detrás de El (Jesús) a sus pies llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos, y besaba sus pies y los ungía con su perfume”.

Trata de ponerte en ese entorno por unos segundos, llorando a los pies de Jesús, que la gente te mire y se burle, que te acuse en sus corazones. A María Magdalena no le importó nada más que estar cerca de Jesús y en silencio gemía de dolor y de arrepentimiento porque el pecado duele.

Por ese arrepentimiento genuino, alcanzó la salvación y tuvo una parte de suma importancia en el ministerio de Jesús por la gratitud y reconocimiento que hizo de su amor por Cristo, es decir ¡Nació de nuevo!.

Somos hijas de Dios y El nos ama. ¿Quieres vivir una vida santa? Entrega todo a Jesús y de a poco tu vida irá siendo transformada de gloria en gloria.

Las buenas obras no nos hacen santas, ni ser buenas dueñas de casa, madres, esposas, amigas o novias etc. Somos hecho santas por medio de la fe en Jesucristo y también por fe somos salvas. Si ponemos nuestra vista en Jesús, estudiamos su vida, oramos a Jesús y buscamos seguir Su ejemplo, nos pareceremos más a El y comenzaremos a pensar y actuar como El.

Recibe este amor que Jesús te ofrece, ábrele tu corazón y déjalo entrar. No seas una cristiana mediocre y llena de temores, sé una cristiana que así como Magdalena, no le importó nada, solo estar en los pies de su amado y ahora nuestro amado. Separa unos momentos cada día y moja los pies de Jesús con tus lágrimas, que a veces puede que sean dulces, otras amargas pero tocarán Su corazón y te sentirás amada y perdonada.

Muchas bendiciones


LA ORACION



Mateo 6: 9-13 Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Querida hermana:

¿Sabías que orando puedes cambiar el futuro de tu familia completa? Cómo mujer es necesario que sepas que tienes una herramienta en tus manos. Cuando oras con un corazón humillado delante de la Presencia de Dios, El inclina su oído y te escucha atentamente. Piensa, cuando un niño te habla, ¿te inclinas para escucharlo verdad? Le pones atención, sobre todo te miran con esa ternura infinita. A mi me dan deseos de abrazarlo, besarlo y acariciarlo. Así sucede cuando nos presentamos delante de nuestro amoroso Padre y le compartimos todas nuestras cosas.

Dios no nos pone reglas para orar. Cuando los discípulos le pidieron a Jesucristo que los enseñara a orar, no le preguntaron: enséñanos a predicar, enséñanos a sanar o enséñanos a echar fuera los demonios, le dijeron sencillamente: enséñanos a orar.

Los discípulos veían la gracia de Jesucristo cuando El oraba y querían imitarlos. Leemos en Mateo 6: 9-13 la oración del Padre nuestro, tan sencilla y una guía para nosotras. Jesucristo fue el único hijo de Israel que se atrevió a invocar a Dios, como llaman los niños pequeños a sus padres. Abbá que es un balbuceo cariñoso que traducido podría decirse papito o papá. Esa es la forma de acercarse a Dios, con confianza plena que nos escucha y nosotros como niñas podemos con toda libertad decirle papá, papito.

Jesucristo no nos manda a ponernos de rodilla, de cara al piso, con la cabeza o manos levantadas. La oración no tiene nada que ver con la postura que tengamos cuando nos dirijamos a El. Muchos hermanos se privan de hermosos momentos de comunión porque piensan que deben separar un momento para orar y tener una posición específica.

No digo que no sea bueno tener un tiempo y un espacio para Dios ya que El mismo nos los dice en Su Palabra, pero a veces las obligaciones diarias impiden tener esos ratos a solas con Dios. La oración debe ser de corazón y no importa si dura una hora, cinco horas o un minuto. Muchas veces las personas que oran varias horas al día hacen sentir culpable a las personas que oran mucho menos. Pero, no es la cantidad de tiempo que mira Dios, es la sinceridad con que salen esas palabras de nuestros labios.

No debes esperar a tener una crisis familiar para orar, o cuando pase una desgracia para correr ante la Presencia de Dios. ¡Qué triste se debe sentir Dios! Dime que no te causa tristeza cuando tus hijos llegan a tu lado solo por interés, cuánto más Dios que no escatimó ni a Su propio hijo por amor a la humanidad.

Mis hijos me dicen todos los días que me aman y me siento muy dichosa, pero cuando pasan varios días y no me dicen nada, me entristezco, es inevitable. Yo pienso lo mismo debe sucederle a Dios, cuando me demoro en darle mis caricias diarias porque El desea nuestras Palabras amorosas y alabanzas de adoración y de gratitúd, son como perfume agradable en Su Presencia. La oración siempre es valiosa para Dios, y no importasi es por la mañana, la tarde o por la noche. Yo por mis obligaciones diarias, a veces oro por la mañana, otras en la tarde y otras en la noche. A veces me levanto de madrugada y oro por unos minutos bien intensamente y le pido a Dios me de fuerzas para poder soportar la rutina diaria o bien sólo le doy las gracias por un día más de vida.

Empieza por ti misma, pide a Dios te dé sabiduría para manejar tu hogar, que te ayude a ser una buena madre, una buena esposa, una mujer de Dios que sea ejemplo para sus hijos. Yo pido en abundancia, no hay pecado en pedir. Yo pido a Dios que me ayude en la cocina, que me de gracia en hacer el aseo, que me ayude en el planchado. Son detalles que a veces no nos agrada hacer y que pueden provocar roces en el matrimonio. Y por supuesto le pido para que me llene de su gracia en mi servicio a El.

Pido por mi esposo, para que Dios le ayude en su trabajo, para que no caiga en tentación, para que sea el esposo que Dios quiere que sea. Le pido por mi esposo, no para que me dé algo, sino por lo que es en Cristo.

Pido a Dios por mis hijos, para que Dios los proteja de accidentes, de peligros en las calles, que le ponga las personas apropiadas en su vida para que los ayuden etc. Pido a Dios por mis amistades, por mis familiares, y por todas las cosas que Dios ponga en mi mente.

Podemos hacer oraciones cortas y sinceras por cada petición en el transcurso del día. Por la mañana generalmente le pido a Dios me ayude a vivir llena de su gracia. Debemos orar por nosotras como mujeres, ser un poquito egoístas y empezar por la casa, es decir tu misma. Está comprobado y estoy segura que me dirás que sí, que cuando las mujeres andamos contentas en la casa,todo funciona mejor. Independiente de los problemas, si la mujer anda en comunión con Dios, su paz recaerá sobre los hijos primeramente y ellos sentirán una seguridad grande en sus vidas.

Jesucristo está disponible todo el tiempo para nosotras, no tenemos que hacer citas, no tenemos que esperar semanas para que nos reciba, es ahora, en este mismo instante en que lees que te dice:

Hija mía, aquí estoy con mi oído inclinado. No pienses ni siquiera por un segundo que Dios no valora tus oraciones. Eres importante para Dios y nunca digas que no te escucha. El nos ama, y desea manifestarse a tu vida. En la medida que empieces a orar, empezarás a notar grandes cambios si tan solo oras con la seguridad que tus peticiones son escuchadas.

Si tus oraciones no son respondidas al momento, espera con alegría y gratitud que nuestro Padre responderá en el tiempo justo, y a veces hasta los “no” de Dios son para nuestro beneficio. No te desesperes, todo llega a su tiempo. Haz lo que hago yo, puede ser gracioso, pero cuando no tengo deseos de orar, me pincho la piel y me digo: “carne, a orar, que Dios nos espera”.

La oración, y la regla de oro

Mateo 7:7-12 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

LA AMISTAD





Job 19:21 !!Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí!! ¿Eres una amiga que comparte agua dulce o agua amarga? Te invito a ser una buena amiga y ser motivo de bendición donde quiera que vayas.

JOB 2:11 Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.


Elifaz, Bildad y Zofar, tres amigos que fueron a ver lo que pasaba con Job, Lloraron a gritos al ver la condición en que se encontraba y callaron porque no sabían que decirle. Posiblemente, por sus mentes se cruzaban uno y mil pensamientos: ¿Qué habrá hecho Job para merecer esto? Esperaban que Job hablase, que les dijera algo, tal vez que les contara lo que había hecho. Cuando Job abrió sus labios para dolerse de su condición, que golpe más grande recibió ante la reprensión de su gran amigo Elifaz. Lo mismo de Bildad y Zofar ¿Te ha pasado a ti alguna vez? ¿Te has lamentado y te han reprendido por ello? Job se sintió herido, porque se sintió incomprendido, desolado y triste.

Job 16:20
Disputadores son mis amigos; Mas ante Dios derramaré mis lágrimas.

Job pasó por todos los procesos que nosotros pasamos muchas veces. Sus amigos lo cuestionaron y lo acusaron de maldad; amigos de quienes esperaba compasión o simplemente un abrazo misericordioso ante su situación desesperada. Job desilusionado ¿qué hace? dirige sus quejas a Dios y pareciera que éste también lo ha abandonado. ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Sin amigos y sin Dios? ¿Te ha pasado que vienen a verte y lo único que hacen es predicarte y criticarte?

Job 19:21
!!Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí! Porque la mano de Dios me ha tocado.

Qué importante es la enseñanza que nos deja el libro de Job, para que meditemos en cómo ser una buena amiga. No debemos ir a los necesitados con los textos bíblicos subrayados. Sólo amistad, apoyo, silencio y nuestro amor fraternal. No ponernos en una posición de superioridad cuando acontece una desgracia a alguien conocido. Job, sufrió una prueba espantosa de dolor y de pérdidas y no necesitaba amigos que conociéndole le criticaran sin motivo. Job esperaba aliento, palabras de ánimo, pero en cambio recibió largas y tediosas predicaciones que lo provocaban a quejarse contra Dios y a renegar de su vida. Ponte en la posición de este hombre: rico, respetado, importante, que de pronto lo pierde todo y que aún así, mantiene su dignidad. Dios no tomó en cuenta sus reclamos, todo lo contrario, Dios sle enseñó Sus maravillas y Job reconoció que no valía nada ante la grandeza de Dios. Job se había justificado ante Dios y se arrepintió de su ignorancia. A veces los propósitos divinos son agotar en nosotros los sentimientos de autoestima, autojustificación y autosuficiencia, de manera que encontremos nuestro todo en Jesucristo. Elí habló con sabiduría diciendo que una actitud humilde ante el sufrimiento permite a Dios intervenir. Qué importante es animar a nuestros semejantes y no levantar el dedo acusador, que aleja a la gente de Dios en vez de acercarla. Es necesario tener las verdades del evangelio bien arraigadas en el corazón, para que durante la prueba no caigamos en la tentación de blasfemar.

Job mantuvo su integridad y fue bendecido después que pasó la prueba. No era para menos, había perdido sus bienes, sus hijos, su reputación, incluso su salud. En esta historia dramática, hacemos una semejanza con Jesucristo, que fue despojado, muerto, sacrificado por nuestros pecados para después intercerder por nosotros. Job fue acusado por sus amigos y luego tuvo que orar por ellos, perdonarlos por su indolencia frente su agonía y Dios lo restauró por completo. Hay consoladores molestosos, que llevan fórmulas, predican, y comienzan a buscar las raíces de los problemas de los demás sin mirarse a sí mismos, pero tenemos el ejemplo claro de Job, a quien Dios no inculpó de pecado.

Usemos las pruebas para acercarnos a Dios en la oración, preguntarle el por qué o para qué estamos pasando por aguas torrentosas y darle gracias por todas las bendiciones que sobrevendrán a la misma. Dios no tiene la obligación de respondernos, pero eso sí, nos realzará Su grandeza, igual que a Job al compartirle secretos maravillosos de la creación. Hay gente que falsamente asume que el sufrimiento o la pobreza son consecuencias directa de pecado. En realidad Dios trabaja firmemente en nosotros para darnos vida eterna, para enseñarnos que nada de lo que hay en la tierra tiene valor frente a lo que gozaremos en la eternidad.


Job reconoció que de oídas sabía de Dios pero este sufrimiento le había permitido tener un encuentro personal y una comunión que nunca antes había experimentado. Las pruebas son situaciones que Dios usa para manifestar Su gloria y que en nosotros, a pesar que podamos sufrir un poquito al presente, logremos alcanzar la maduréz espiritual y descansar en Jesucristo, no en nuestras propias fuerzas, sino en el poder de nuestro Salvador quien no nos prueba más de lo que podamos soportar. Por eso la importancia de tener una actitud humilde ante Dios y jamás confiar ciegamente, porque los seres humanos somos imperfectos y sujetos a debilidades, menos confiar en los bienes materiales porque se pueden perder en cualquier minuto.

Las amistades son una bendición y debemos aprender a ser buenos amigos, fieles, leales, no chismear lo que nos cuentan, orar ysufrir con ellos, reir, disfrutar y llorar juntos. Jonatan y David se amaban con profundidad con un amor espiritual que sobrepasó todas las adversidades(Lee 1 Samuel 18:1). A mi me gustaría tener amigos como Jonatán, que avisó a David del peligro en que se encontraba cuando Saul quiso matarlo a riesgo de su propia vida, o como David, quien recibió en su casa al hijo lisiado de los pies de su amigo ya muerto, por puro amor al recuerdo de esa amistad (Lee 2 Samuel 9). ¿Tu prometerías cuidar los hijos de tus amigos si estos muriéran? ¿Serías capáz de arriesgar tu vida como Jonatan lo hizo por amor a su amigo David?

Debe existir la comunicación porque muchas amistades se han roto por guardar silencio cuando era necesario hablar. Aquí hablamos de los amigos terrenales, ya que todos tenemos un círculo de amistades que depende de nosotros mantenerla. Siempre le pido a Dios por mis amigos, por sus matrimonios, por sus hijos. Son parte de mi familia, más aún si profesamos la misma fe cristiana, debe haber una unión espiritual profunda que nos motive a cuidar esa relación. No aceptar acusaciones contra terceras personas y no llegar y creer buenas y primeras lo que te cuenten de tus amigos, sobre todo si es para hablar mal de ellos. Nunca debemos juzgar precipitadamente y si tenemos dudas en cuanto a cualquier mal entendido, hay que saber afrontar y preguntar en el amor de Cristo que es lo que pasa. No olvidemos que tenemos un adversario que disfruta en separar a los amigos, sobre todo si estos oran juntos y mantienen una armonía espiritual y hay que estar preparados para reconocer sus artimañas.